El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.

Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.

Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos.

Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.

Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males.

Piensa como piensan los sabios, mas habla como habla la gente sencilla.

Ni tu peor enemigo puede hacerte tanto daño como tus propios pensamientos.

Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa.

El trabajo del pensamiento se parece a la perforación de un pozo: el agua es turbia al principio, mas luego se clarifica.

Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen.